El Horno de Cremación en Pachuca: Testimonio de una Época Pasada
Por:
Andrea Ramírez
29 de abril de 2024, a las 14:30
Imagen de: Wikipedia
El horno de cremación para animales en Pachuca es más que un simple vestigio; es un recordatorio de una época pasada y una función poco conocida en la historia de la ciudad. Construido en 1884 en el Rancho de Los Cubitos, hoy avenida Río Amajac del Fraccionamiento Terrazas, este horno desafía al paso del tiempo y al desarrollo urbano.
Su propósito original era incinerar los restos de caballos, burros y mulas utilizados en los métodos de patio de la minería de plata. Estos animales sufrían enfermedades y desgaste por el constante contacto con los metales, lo que llevaba a su sacrificio y la necesidad de una disposición adecuada de sus cuerpos.
El Dr. Nemorio Andrade presentó la iniciativa para su construcción, y en marzo de 1884 se realizó la primera cremación. Durante ese año, se incineraron 632 animales, con un tiempo promedio de 50 minutos por cremación. A lo largo de los años, se ha especulado sobre la posibilidad de que el periodista Emilio Ordóñez fuera incinerado en este horno en 1894, pero la literatura disponible sugiere que fue asesinado y arrojado a una mina cerca de Pachuquilla.
A pesar de los intentos de desarrollo urbano, el horno de cremación ha sobrevivido, siendo reconocido como un Monumento Histórico protegido por la Ley Federal sobre Monumentos Históricos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos. Incluso un proyecto para construir una plaza comercial en la zona fue detenido debido a su importancia arquitectónica y cultural. Hoy en día, este horno de cremación es más que una reliquia; es un testimonio silencioso de una época pasada y un símbolo del patrimonio histórico de Pachuca y del estado de Hidalgo. Su preservación es vital para mantener viva la memoria de las generaciones pasadas y para comprender la historia de la región.